A solo horas de la esperada final de la Copa Libertadores en el icónico Estadio Maracaná de Río de Janeiro, la ciudad carioca se encuentra en estado de alerta debido a una serie de incidentes entre los seguidores de Boca Juniors y el Fluminense brasileño que han encendido las alarmas en las autoridades.

Los colores azul y oro del Boca Juniors están inundando las calles de Río, ya que el equipo argentino se prepara para disputar la final en busca de su séptimo título continental frente al Fluminense. Sin embargo, los no se hicieron esperar, cuando se reportaron enfrentamientos entre hinchas brasileños y seguidores de Boca.

En las playas de Brasil, seguidores de Boca Juniors y Fluminense han protagonizado diversas trifulcas, afectando a varias personas que se encontraban en la zona.

Una familia mexicana que había viajado desde México para presenciar el partido se vio atrapada en medio de la violencia. "Nosotros viajamos desde México para disfrutar de esta fiesta, no puede ser posible que nos hagan esto. Nos robaron carteras, nos pegaron, nos lanzaron sillas y palos", comentó uno de los afectados.

Uno de los afectados añadió: "Quiero decir que esto va más allá de un partido de fútbol. Viajé desde México con mi familia para vivir una fiesta y me robaron pasaportes, cartera, llaves de auto, dinero, todo. Me golpearon y lo que más me duele es que no pude defender a mi familia".

El Consulado argentino en Río de Janeiro ha confirmado que se espera la llegada de más de 100,000 aficionados de Boca Juniors en la ciudad, lo que ha generado preocupaciones sobre la posibilidad de graves incidentes debido a la tensión entre ambas hinchadas.

El Estadio Maracaná, con capacidad para alrededor de 78,000 espectadores, estará a rebosar, y no todos los hinchas de Boca han podido conseguir entradas. Solo 20,000 tendrán la oportunidad de presenciar el partido desde la grada general, mientras que otros 3,000 ocuparán espacios VIP, dejando el resto de las localidades para los seguidores del Fluminense.