La Selección Nacional Femenina de Estados Unidos ha vuelto a ocupar el lugar más alto del podio olímpico tras vencer a Brasil por 1-0 en un reñido encuentro que se decidió con un gol en el segundo tiempo de Mallory Swanson. Este triunfo les otorgó su quinta medalla de oro en la historia de los Juegos Olímpicos, la primera desde Londres 2012.

    El Parque de los Príncipes fue testigo de una vibrante celebración por parte de decenas de miles de fanáticos estadounidenses que estallaron en júbilo al escuchar el pitido final del partido. "Born in the USA" de Bruce Springsteen resonó por los altavoces del estadio, subrayando el orgullo y la emoción de un equipo que ha demostrado estar a la altura de las expectativas en estos Juegos Olímpicos de París 2024.

El gol decisivo llegó gracias a Swanson, quien junto a Sophia Smith y Trinity Rodman, formó un ataque temible durante todo el torneo. Su conexión y efectividad en la cancha fueron cruciales para llevar a Estados Unidos a lo más alto del podio, marcando un resurgimiento en su desempeño tras varios torneos sin alcanzar la gloria.

La final no fue sencilla, con Brasil luchando incansablemente por lograr el empate. La leyenda brasileña, Marta, ingresó al campo en la segunda mitad con la esperanza de cambiar el rumbo del partido, pero se despidió de su carrera olímpica sin poder colgarse la ansiada medalla de oro. Esta medalla de plata marca la tercera vez que Brasil sube al podio en el fútbol femenino olímpico, pero el oro sigue siendo esquivo para las sudamericanas.

Este oro también representa un comienzo dorado para la nueva entrenadora de Estados Unidos, Emma Hayes, quien asumió el mando del equipo a principios de este año. A pesar de haber tenido solo seis sesiones de entrenamiento con su equipo antes de los Juegos, Hayes tomó decisiones audaces, como dejar fuera de la convocatoria a la histórica delantera Alex Morgan, quien no había faltado a unos Juegos Olímpicos desde 2008. La apuesta le resultó, consolidándose como una estratega capaz de guiar a Estados Unidos en esta nueva era.

Este torneo no solo fue un desafío deportivo, sino también una prueba de carácter para un equipo en transición. Con nueve debutantes olímpicas en la plantilla, la victoria refuerza la esperanza de que Estados Unidos retome su dominio en el fútbol femenino mundial. Tras dos victorias en tiempo extra en cuartos de final y semifinal, el equipo demostró una resiliencia admirable, culminando su campaña con tres victorias consecutivas por 1-0.

Estados Unidos se alza una vez más con el oro, cerrando un ciclo olímpico con broche de oro y abriendo una nueva página en su historia, con vistas a un futuro que promete mantenerlas en la élite del fútbol femenino mundial.