El Reloj Monumental de Pachuca, una de las joyas arquitectónicas más icónicas de la ciudad, celebra su 113º aniversario. Situada en la Plaza Independencia y erigida en honor al primer centenario de la Independencia de México, esta majestuosa estructura es testigo de la evolución y el desarrollo de la ciudad a lo largo de más de un siglo.

La construcción de este impresionante reloj se llevó a cabo durante casi tres años, desde 1907 hasta su inauguración en 1910. Aunque originalmente concebido como una torre de conciertos por el entonces presidente municipal Alfonso M. Brito, terminó convirtiéndose en un reloj monumental que ha dejado una marca imborrable en la ciudad.

El Reloj Monumental se alza imponente con sus 40 metros de altura y cuenta con cuatro pisos, una entrada, un balcón y un campanario. Fue financiado por las compañías mineras San Rafael, Santa Gertrudis, La Blanca y Santa Ana, con un costo total de aproximadamente 300 mil pesos oro de la época.

Una de las peculiaridades de este reloj es que cada una de sus caras tiene su propio reloj que marca la hora con números romanos, siendo notorio que el número 4 está representado por cuatro líneas (IIII) en lugar del IV.

Este reloj también tiene un lugar especial en el corazón de los fanáticos del deporte, ya que el 5 de diciembre de 2012, a las 14:15 horas, el ayuntamiento dedicó un minuto de campanadas en homenaje al portero colombiano Miguel Calero, quien había fallecido un día antes. Este gesto marcó la primera vez que se rindió homenaje a una sola persona con el campanario del Reloj Monumental.

Sin embargo, entre las curiosidades más notables y las huellas de la historia que este reloj guarda, se encuentran las aproximadamente 200 huellas de bala que adornan su estructura. Estas marcas se remontan a la década de 1910, en pleno auge de la Revolución Mexicana, cuando frente a la imagen del reloj solían fusilarse a los criminales, dejando una huella indeleble de los turbulentos tiempos que vivió la región.