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Más de 600 migrantes, en su mayoría venezolanos, se encuentran varados en el estado de Hidalgo. Desde hace días, aguardan la llegada del tren conocido como "La Bestia", que los llevará en su travesía hacia la frontera con Estados Unidos.

Los migrantes, divididos en dos grupos, han establecido improvisados campamentos a lo largo de las vías del tren de la empresa Ferromex. En las comunidades de Vito y Bóvedas, en Atotonilco de Tula, pernoctan a la espera de una oportunidad para abordar el tren. Un tercer grupo, el más numeroso, se encuentra en Bojay, en el municipio vecino de Atitalaquia, bajo el puente.

Las condiciones adversas de las noches y las frías mañanas han llevado a los migrantes a abrigarse alrededor de fogatas. "Venimos de países cálidos, y la verdad, sentimos mucho frío por las mañanas", expresó un migrante originario de Venezuela.

La solidaridad local ha sido palpable, con vecinos de la zona donando cobijas, ropa, calzado y alimentos. Algunos residentes incluso permiten a los migrantes cargar sus teléfonos celulares en sus hogares para que puedan mantenerse en contacto con sus familias.

A pesar de estos gestos de apoyo, la dificultad para abordar el tren es evidente. En esta región de Hidalgo, el tren no realiza paradas y circula a gran velocidad, dificultando el acceso para los migrantes.

"No venimos a quedarnos, solo estamos de paso. No hacemos daño a nadie, solo pedimos un poco de ayuda", enfatizaron los migrantes, destacando su situación como parte de una travesía en busca de mejores condiciones de vida.