#Hidalgo - El diputado federal de Morena, Cuauhtémoc Ochoa, se encuentra en medio de un

escándalo debido a su programa "Agua para el Bienestar", una iniciativa destinada a proporcionar

agua potable a las zonas marginadas.

Sin embargo, este programa ha sido objeto de controversia debido a la falta de condiciones sanitarias

adecuadas en el proceso de tratamiento del agua, lo que ha puesto en riesgo la salud de los pobladores.

El "Programa de Agua para el Bienestar" fue lanzado en Tula, Hidalgo, en abril pasado con la promesa

de procesar el agua en cuestión de minutos mediante una planta móvil.

El objetivo era asegurar que el acceso al agua purificada fuera un derecho para todos los hidalguenses y

que fuera asequible sin afectar su economía.

Sin embargo, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) llevó a cabo

una inspección y descubrió que la planta móvil no cumplía con los reglamentos sanitarios establecidos.

A pesar de esto, los operadores del programa y el diputado Ochoa han ignorado las recomendaciones y

siguen distribuyendo el agua sin respetar las condiciones de seguridad sanitaria.

La planta móvil opera al aire libre y carece de manuales de operación, lo que aumenta la preocupación

sobre la calidad del agua suministrada. La situación es sumamente grave, ya que pone en riesgo la salud

de la población que confía en este programa.

Es esencial que las autoridades competentes intervengan y aseguren la implementación de protocolos

adecuados para el tratamiento y distribución del agua en el marco de este programa.

La salud y el bienestar de los ciudadanos no deben comprometerse en ningún momento, y es responsabilidad

de los encargados del programa cumplir con todas las regulaciones necesarias para garantizar la seguridad y la

confianza de la población.

Es imperativo que se tomen medidas inmediatas para corregir esta situación y asegurar que el agua distribuida

cumpla con los estándares de calidad y sanidad establecidos.

La transparencia y la rendición de cuentas son fundamentales para restaurar la confianza en el programa y

asegurar que el acceso al agua potable sea realmente seguro y beneficioso para todos los ciudadanos.